
Otro asunto es aceptar un cargo que no se tiene aptitud para llevar a cabo, o que una vez dentro de él, se vea que es superior a nuestras capacidades. Me temo que esta última es la causa del abandono del Jerarca. Sin querer, me vienen a la cabeza banqueros, políticos, servidores públicos.
El poder es goloso, genera ambición, acomodamiento. Y al menos, este anciano alemán, nos ha dado una lección de vida, que podemos aplicar a muchas de nuestras circunstancias pasadas, actuales o futuras: ¿qué hubiera ocurrido si hubiese dejado a tiempo tal o cual persona, negocio, costumbre? Suerte al Nuevo Pontífice.